Cómo es posible que tengamos que mantener a tantos INCOMPETENTES con nuestros impuestos. A UN CICLISTA NO SE LE PUEDEN QUITAR PUNTOS, YA QUE PARA CONDUCIR ESE VEHICULO NO ES NECESARIO NINGUN PERMISO DE CONDUCCION. SEÑORES AGENTES ESTUDIEN, FORMENSE, QUE AL FINAL SOLO SABEN PONER MULTAS A LOS QUE ESTAN EN DOBLE FILA O SI LES PONEN DELANTE UN APARATO ELECTRONICO EL CUAL LES DICE QUE CIRCULA A TAL VELOCIDAD.
27/01/2011
La denuncia por no obedecer las órdenes del agente, era inicialmente de 150 euros -75 por pronto pago- y sin repercusión en el carné de conducir. Se recurrió por un error formal
P.C.P. / Burgos
La ciclista denunciada por circular por la acera de la calle Vitoria el pasado mes de agosto, en plena labor de reasfaltado y pavimentación, ha vuelto a tener noticias de la Policía Local, apenas una semana después de salir a la luz su caso en este periódico. La segunda de las denuncias que le formularon los agentes aquella mañana se ha visto incrementada en 50 euros y 4 puntos del carné de conducir, pese a que el precepto supuestamente infringido no ha variado ni un párrafo ni tampoco se le ha aplicado el recargo de apremio del 20%.
Marta abonó en una entidad bancaria la multa por circular por la acera, que de 200 euros se quedó en 100 al beneficiarse del pronto pago. No así la otra, por no obedecer las órdenes y señales del agente de circulación, que inicialmente era de 150 euros (75 con el descuento), sin llevar aparejada pérdida alguna de puntos. Decidió presentar alegaciones al encontrar un defecto formal en la fecha -el mes indicado era julio y no agosto- y al entender que no podía ser sancionada por un hecho que estaba pendiente de juzgar en los tribunales, en virtud a un principio básico del derecho.
Las citadas sanciones se formularon a las 8.30 horas. 34 minutos después, la patrulla estaba ya en las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía para denunciar lo sucedido en Comisaría. El atestado dio lugar a un juicio de faltas, celebrado el pasado 3 de noviembre. Fue absuelta de una falta de desobediencia leve en una vista oral a la que los funcionarios no acudieron. La sentencia considera que «no resulta probada» la conducta relatada por los agentes y declara las costas de oficio.
La resolución fue dictada el 5 de noviembre. Días después se puso en marcha el nuevo sistema organizativo de oficina judicial, lo que retrasó la notificación judicial hasta este mismo mes.
La sucesión de acontecimientos y la extraordinaria agilidad con la que se ha retomado el expediente administrativo -cerrada la vía judicial- tienen anonada a Marta. Más aún, cuando fuentes de la Policía Local reconocieron a este periódico la semana pasada que los agentes implicados ni siquiera tenían constancia de la celebración de este juicio. Desde el Ayuntamiento sostienen que no fueron citados, pese a que se comprobó in situ por el personal del juzgado durante la celebración de la vista, y así consta en la sentencia.
En menos de 10 días, Tráfico ha constatado que la resolución judicial era firme, ha reabierto el expediente sancionador, estudiado el pliego de descargo, examinadas las diligencias, emitida la notificación de resolución sancionadora y entregada en el domicilio de la infractora el lunes. El martes por la tarde la recogió en Correos, pero con la creencia de que se trataba de otro asunto totalmente diferente. Quizás del coche que tan poco usaba hasta que, tras el susto de este episodio, decidió dejar la bici en el trastero de su casa.
Porque mal que le pese, tiene carné de conducir del que restar esos 4 puntos. No obstante, avanza que piensa llegar hasta el final y que solicitará una entrevista con el jefe de la Policía Local para que le expliquen un proceder que, a su juicio, resulta totalmente desmedido. En su día, ya registró un escrito de queja en el Ayuntamiento, del que tampoco ha tenido respuesta.
Marta abonó en una entidad bancaria la multa por circular por la acera, que de 200 euros se quedó en 100 al beneficiarse del pronto pago. No así la otra, por no obedecer las órdenes y señales del agente de circulación, que inicialmente era de 150 euros (75 con el descuento), sin llevar aparejada pérdida alguna de puntos. Decidió presentar alegaciones al encontrar un defecto formal en la fecha -el mes indicado era julio y no agosto- y al entender que no podía ser sancionada por un hecho que estaba pendiente de juzgar en los tribunales, en virtud a un principio básico del derecho.
Las citadas sanciones se formularon a las 8.30 horas. 34 minutos después, la patrulla estaba ya en las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía para denunciar lo sucedido en Comisaría. El atestado dio lugar a un juicio de faltas, celebrado el pasado 3 de noviembre. Fue absuelta de una falta de desobediencia leve en una vista oral a la que los funcionarios no acudieron. La sentencia considera que «no resulta probada» la conducta relatada por los agentes y declara las costas de oficio.
La resolución fue dictada el 5 de noviembre. Días después se puso en marcha el nuevo sistema organizativo de oficina judicial, lo que retrasó la notificación judicial hasta este mismo mes.
La sucesión de acontecimientos y la extraordinaria agilidad con la que se ha retomado el expediente administrativo -cerrada la vía judicial- tienen anonada a Marta. Más aún, cuando fuentes de la Policía Local reconocieron a este periódico la semana pasada que los agentes implicados ni siquiera tenían constancia de la celebración de este juicio. Desde el Ayuntamiento sostienen que no fueron citados, pese a que se comprobó in situ por el personal del juzgado durante la celebración de la vista, y así consta en la sentencia.
En menos de 10 días, Tráfico ha constatado que la resolución judicial era firme, ha reabierto el expediente sancionador, estudiado el pliego de descargo, examinadas las diligencias, emitida la notificación de resolución sancionadora y entregada en el domicilio de la infractora el lunes. El martes por la tarde la recogió en Correos, pero con la creencia de que se trataba de otro asunto totalmente diferente. Quizás del coche que tan poco usaba hasta que, tras el susto de este episodio, decidió dejar la bici en el trastero de su casa.
Porque mal que le pese, tiene carné de conducir del que restar esos 4 puntos. No obstante, avanza que piensa llegar hasta el final y que solicitará una entrevista con el jefe de la Policía Local para que le expliquen un proceder que, a su juicio, resulta totalmente desmedido. En su día, ya registró un escrito de queja en el Ayuntamiento, del que tampoco ha tenido respuesta.
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