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domingo, 4 de julio de 2010

CONDUCCION EFICIENTE.


Vamos a tratar de explicar cómo practicar una "conducción eficiente". Es bastante largo, espero que no os resulte demasiado pesado, lo primero que debemos hacer para ver si este estilo de conducción sirve para ahorrar un poco en combustible (en tiempo de crisis seguro que nos vendrá bastante bien, espero) antes de nada lo que debemos hacer es un recorrido con nuestro vehículo como siempre conducimos (el motor debe de estar a su temperatura optima, para que los datos obtenidos sean lo más aproximado a lo real posible) de 15 min o 20 min

y anotaremos los datos de nuestro ordenador de a bordo, Km realizados, tiempo empleado, litros consumidos, velocidad media, si nuestro vehículo no lleva esa tecnología, no nos quedara más remedio que el recorrido empezara y terminara en una gasolinera y lo llenaremos hasta la boca del depósito, para una vez que lleguemos volver a llenarlo hasta ese punto para poder ver con más exactitud lo que hemos consumido.

Las principales claves a tener en cuenta:

- Circular en la marcha más larga posible y a bajas revoluciones.

- Mantener la velocidad de circulación lo más uniforme posible (lo importante es la media).

- En los procesos de aceleración, cambiar de marcha:
- Entre 2.000 y 2.500 revoluciones en los motores de gasolina.
- Entre 1.500 y 2.000 en los motores diesel.

- En los procesos de deceleración reducir de marcha lo más tarde posible (mientras se está pisando el embrague el vehículo está consumiendo entre 0,4 y 0,7 litros a la hora dependiendo del motor).

- Realizar siempre la conducción con anticipación y previsión.

- ¡Recordad que mientras no se pisa ningún pedal, manteniendo una marcha engranada y una velocidad superior a unos 20 km/h, el consumo de carburante es nulo, "cero"! Comprobad con el ordenador de a bordo el consumo instantáneo. ¡¡¡Ojo a la carretera!!!

Aplicando las anteriores reglas, se efectuará un menor número de cambios de marcha. En pruebas realizadas se ha comprobado que circulando lo más posible en las marchas más largas, se obtiene un ahorro comparativo del orden del 20% en el número de cambios realizados, lo que significa un ahorro en el uso del embrague, de los frenos, de la caja de cambios y del motor. Se logra también con esta técnica un cambio de actitud en la conducción, creando un estilo de conducción menos agresivo, basado en la anticipación y en la previsión, que repercute en un menor grado de estrés para el conductor.

Realización del arranque del motor.

Para realizar el arranque de una forma correcta desde los puntos de vista tanto mecánico como de consumo, es conveniente arrancar el motor sin acelerar. Todos los vehículos de hoy en día tienen una gestión electrónica que es una maravilla de la ingeniería, no como en los años 80 y anteriores, o sea, el siglo pasado.

Inicio de la marcha.

Una vez arrancado el motor se procederá a iniciar la marcha de la siguiente forma:
En los coches propulsados por gasolina se ha de iniciar la marcha inmediatamente después de arrancar el motor. Esperar parado con el motor en marcha no aporta ninguna ventaja, ya que ralentiza el calentamiento del motor (para lograr una temperatura optima de temperatura del motor, alrededor de 90 grados, puede llegar a superar los 20 min). Si tenéis tiempo y paciencia, comprobadlo.

En los coches diesel conviene esperar unos segundos una vez que se ha arrancado el motor antes de comenzar la marcha. Con ello se logra que llegue el aceite en condiciones adecuadas a la zona de lubricación.

Elección de la relación del cambio.


Uno de los parámetros fundamentales dentro de la conducción eficiente es la forma de realizar los cambios de marchas, es decir, cuándo y cómo realizar el cambio.

El indicador clave a seguir para realizar los cambios de marchas, así como para controlar el desarrollo de nuestra conducción, es el tacómetro o cuentarrevoluciones. Sin embargo existen algunos coches que no lo incorporan y el conductor debe, en ausencia del mismo, realizar la conducción basándose en la velocidad y en su propia sensibilidad, es decir, "escuchando" el motor.
Una forma equivalente de controlar el régimen de funcionamiento del motor, se tenga o no se tenga tacómetro, es mediante el indicador de velocidad, al tener cada marcha asignadas unas revoluciones adecuadas para su funcionamiento y equivalentemente un rango de velocidades asociadas a dichas revoluciones.

Realización general de los cambios de marchas.

Los cambios de marchas se realizarán:
En los procesos de aceleración, cambiar de forma rápida hasta la marcha más larga en la que se pueda circular:

Según las revoluciones:
- En los motores de gasolina: entre las 2.000 y 2.500 rpm
- En los motores diesel: entre las 1.500 y 2.000 rpm

Según la velocidad:
- 2ª marcha: a los 2 segundos o 6 metros
- 3ª marcha: a partir de unos 30 km/h
- 4ª marcha: a partir de unos 40 km/h
- 5ª marcha: a partir de unos 50 km/h
En los procesos de deceleración, cambiar lo más tarde posible, levantando el pie del acelerador y evitando la utilización del freno, en esta parte juega un papel muy importante la observación y por consiguiente la anticipación y en aquellos casos en los cuales no sea posible evitar tocar ese freno (el gran enemigo de la competición), efectuar las pequeñas correcciones necesarias con el pedal de freno.

Insisto, todos los metros que recorramos con la velocidad engranada sin tocar el acelerador, y por supuesto el embrague, a una velocidad superior a 20 Km/h el consumo durante todo el tiempo y sus respectivos metros recorridos será de 0 LITROS/Km.

Este estilo de manejar el vehículo, es decir, llevar el motor tan bajo de vueltas, nos va a resultar bastante extraño. Lo que ocurre es que estamos acostumbrados a circular en el Par motor (comentare otro día qué es eso) o por encima de este y eso nos traerá sensaciones muy distintas. Es un estilo de conducción diferente, totalmente opuesto a la conducción deportiva.

Daros cuenta que la tecnología avanzó mucho en todos los campos, también en el automóvil y estamos manejando los vehículos de la misma forma que hace 40 años. Sin beneficiarnos de todas sus ventajas.

Habrá gente que dirá que esa forma de conducir estropea los motores, van ahogados, esos motores quedan dormidos, etc.…, el motor es una maquina y como tal hay que exigirle en cada momento lo que realmente se necesita ni más, ni menos, ¿de qué sirve salir de un semáforo y llegar al siguiente donde debemos esperar un minuto para que nos dé paso otra vez? Una maquina lo que necesita es un mantenimiento adecuado, filtros limpios, cambios de aceite en el momento que recomienda el fabricante, etc. En definitiva mimarla y cuando se tenga que emplear a fondo que todo esté en su sitio y así no nos llevaremos sorpresas.

Yo de vez en cuando (cuando nadie me ve), le doy un poco de calor y si no puedo aprovecho los carriles de aceleración, de las autovías, autopistas, para que no se le olvide que puede llegar hasta las 5000 Rev. Siempre con el motor a su temperatura optima de agua, aceite, en una marcha preferiblemente larga, 3ª o superior. Las cortas se utilizan para otras cosas como por ejemplo el giro california, el contrabandista, etc.

El inicio: La primera velocidad.

Una vez que se ha arrancado el motor. La primera marcha es la más corta de todas y la que mayor fuerza transmite al vehículo (en algunos modelos eso ocurre con la marcha atrás, R de retroceso). Pero, en contrapartida, es la que provoca un mayor consumo de combustible. En consecuencia, se ha de acelerar de forma suave y progresiva para cambiar rápidamente a la 2ª marcha a los 2 segundos aproximadamente o a unos 6 metros de trayecto recorrido. Se usará la primera marcha sólo para lo que resulta imprescindible: el inicio de la marcha.

Las siguientes relaciones de cambio.

Cuanto más larga sea la marcha con la que se circula, siempre por encima de un número mínimo de revoluciones del motor (como mínimo 1000 revoluciones en las cuatro primeras o 1500 en 5ª), menor consumo de carburante.

Inmediatamente después de cambiar a una marcha superior, se ha de pisar el acelerador (se recomienda pisar el acelerador entre un 50% y 75% de su recorrido para cada una de las marchas, excepto la 1ª), moviendo el pedal hasta la posición necesaria para mantener la velocidad o la aceleración requerida, según lo anteriormente expuesto.

La 5ª marcha.

Se aconseja cambiar a la 5ª marcha a 50 km/h ó a 60 km/h en aquellos vehículos con escasa potencia (<=60 CV).
En determinadas circunstancias no convendrá realizar el cambio a la 5ª marcha, como pudiera ser si la vía posee intersecciones reiteradas que obligan a una menor velocidad de circulación con vistas a mantener una alta previsión a posibles incorporaciones. Tampoco resulta válido el rango de velocidades anteriores si el vehículo circula cargado en exceso, ya que se necesita más "Par" para poder desplazarse. Se podrá circular en la 5ª marcha además sin ningún tipo de problema siempre que se vaya por encima de las 1.500 revoluciones del régimen del motor. El intervalo de revoluciones para circular en 5ª es más alto, es decir, más restringido que en el resto de las marchas en las que se sitúa en torno a las 1.000 revoluciones.

La progresión en las marchas.

Una vez se está circulando en la 2ª marcha, y cuando en el proceso de aceleración del vehículo esta en el intervalo de revoluciones indicado anteriormente (1500-2000 rpm gasoil ó dos mil -2500 gasolina), si el terreno es llano o en pendiente descendente se puede pasar directamente a 4º velocidad y seguidamente acelerar levemente para mantener una velocidad entre 40 y 50 km/h.

Si la vía en la que se va a circular posee una elevada velocidad media de circulación y se encuentra con el tráfico fluido o despejado, se cambiará a la 3ª marcha, en la cual se mantendrá la aceleración del vehículo hasta alcanzar la velocidad adecuada a la circulación existente, para cambiar posteriormente a la 5ª marcha. Se ha de recordar que en todos los cambios realizados no se ha de exceder de las 2.500 revoluciones y que, inmediatamente después de cambiar, han de adecuarse las revoluciones a las que se necesitan para circular en la marcha a la que se cambia.

Si las condiciones del tráfico no permiten progresar con las marchas, debido a una elevada congestión del tráfico o a determinadas causas que hagan que se circule a una velocidad excesivamente lenta, se continuará circulando en la 2ª marcha y en cuanto se rebasen las 2.000 revoluciones (y sin llegar a superar las 2.500), se podrá cambiar a la 3ª marcha, en la que se podrá circular consumiendo menos carburante que en la 2ª marcha. Se podrá posteriormente cambiar a la 4ª o a la 5ª marcha si las condiciones de circulación lo permiten, siempre que se entre en el citado intervalo de revoluciones de cambio. En definitiva hay que utilizar en la medida de lo posible la 4º y 5ª marcha más a menudo.

Un ejemplo.

Se procederá de la siguiente forma:

- Arrancar el motor girando la llave sin acelerar...

- A continuación, introducir la 1ª marcha, en la que de forma suave y progresiva se acelera para...

- Cambiar a 2ª aproximadamente a los 2 segundos, o después de haber recorrido unos 6 metros, y...

- Cambiar a la 3ª o 4ª marcha en torno a las 1.500- 2000 revoluciones. Se prosigue con continuidad en la aceleración para después...

- Cambiar a la 5ª marcha, una vez que se llega al entorno de los 50 km/h aproximadamente, y acelerar nuevamente con el fin de dar continuidad al proceso de aceleración deseado.

El freno motor y las reducciones de marchas.

Cuando se tenga que decelerar ante la disminución de la velocidad de circulación de la vía o ante una posible detención, se utilizará:

- El "freno motor", si es posible sin reducción de marcha (muy importante la anticipación, más adelante se comentara lo básico).

- El freno de pié para realizar pequeñas correcciones puntuales necesarias para acomodar la velocidad o para la detención final. Es importante insistir aquí en el concepto de "freno motor", que consiste en dejar el vehículo rodar por su propia inercia, con una marcha metida y sin pisar el acelerador. Sólo cuando sea realmente necesario, se acompañará de una reducción de marcha. Así se logra que las ruedas, en vez de ser receptoras de "par del motor", arrastren al motor en su movimiento de giro. La resistencia del motor a girar actúa entonces como freno, provocando una reducción progresiva de la velocidad del vehículo. A mayores revoluciones del motor, es decir, con marchas más cortas, mayor fuerza de retención, y por tanto, mayor reducción de velocidad. Siempre que sea posible, se utilizará el proceso de deceleración definido por los siguientes pasos:

- Levantar el pie del acelerador.

- Dejar el coche rodar por su propia inercia con la marcha engranada.

- Posicionar el pie sobre el pedal de freno y efectuar las pequeñas correcciones necesarias para acomodar la velocidad. De esta forma se experimenta un frenado progresivo con un menor desgaste del embrague y de la caja de cambios, y, sobre todo, un menor consumo de carburante. Al no reducir de marcha se evita pasar por el punto muerto. Aunque el consumo provocado por un sólo cambio de marcha no sea muy elevado, si se añaden los consumos de todas las reducciones de marcha inútiles en procesos de deceleración, se obtiene un consumo total de cierta relevancia. Ahora bien, si las condiciones de circulación de la vía lo requieren, se reducirá. Será siempre la marcha más larga en la que se pueda circular.


Anticipación.

A través de la anticipación, junto con una adecuada distancia de seguridad, es posible reconocer las características del tráfico, con lo que se tendrá más tiempo de reacción ante posibles imprevistos derivados del entorno. La anticipación se consigue cuando:

- Se circula con un amplio campo de visión de la vía y de las circunstancias de la circulación. Un campo de visión adecuado es el que permite ver
2 ó 3 coches por delante del propio (200 metros o más puede ser una distancia buena). De esta forma también cumplimos con el reglamento sobre una adecuada distancia de seguridad.

- Una mirada atenta, alternativamente a mayor o menor lejanía, que permite contemplar de forma más amplia la circulación de la vía (nada nuevo que no sepamos todos ¿Verdad?)


En la 5ª marcha se podrán superar las 2.500 revoluciones siempre que no se excedan los límites de velocidad impuestos por la legislación vial

De todas formas, ante situaciones de emergencia o imprevistos que puedan surgir, se establecen procedimientos especiales, como podrían ser por ejemplo:

- Ante una incorporación a una carretera, autopista, etc., cuando ésta se realiza de forma ajustada por la llegada de vehículos por el carril al que nos queremos incorporar se acelerará, con lo que el vehículo se incorporará de una forma más holgada a la circulación en la nueva vía. En este caso ya no hacemos caso a esa norma de circular entre un intervalo de revoluciones, sino que en ese caso, si vemos que la incorporación exige una aceleración más enérgica, se baja a 3ª, 4ª o la que requieran las circunstancias y si es necesario llegar a 4000 revoluciones se llegará sin problemas. No se trata de conseguir el consumo más bajo posible sino una conducción eficiente.

Sin embargo, cuando el conductor circula con previsión, anticipación, y una conveniente distancia de seguridad, las aceleraciones pueden realizarse en la mayoría de los casos sin sobrepasar las 2.500 revoluciones.

Salidas.

La salida de las vías debe hacerse sin estorbar a los vehículos que vienen circulando por detrás, lo que significa que se debe salir de la calzada principal sin disminuir la velocidad y no reducirla hasta estar ya en el carril de deceleración (adecuamos la velocidad antes de entrar a dicho carril a la que esta señalizada al principio, en la mayoría de los casos 100km/h). Se seguirán los mismos pasos que al acercarse a una curva, realizando así la deceleración con mayor seguridad, y aprovechando la inercia del vehículo.
    

Circulación y velocidad.

Insisto: se intentará circular en las marchas más largas en la medida en que la circulación lo permita. No se deben realizar frenadas innecesarias que conllevarán posteriormente sus correspondientes aceleraciones (penaliza gravemente el consumo). Se mantendrá la velocidad de circulación lo más uniforme posible.

La mejor forma de conseguirlo será:

- Respetando una adecuada distancia de seguridad.

- Realizando la conducción con suficiente anticipación y previsión.

- Usando de forma correcta el pedal del acelerador, es decir, manteniéndolo estable en una determinada posición (dejar que el motor coja la velocidad paulatinamente con el acelerador inmóvil en una posición sin impacientarse, recordar que estamos acostumbrados a sensaciones distintas, vuelvo a remarcar). No es conveniente realizar pequeñas variaciones sistemáticas de forma continua en torno a una determinada posición del pedal, ya que se provoca un mayor consumo. En cuanto a las altas velocidades, es importante recordar que el consumo depende de la velocidad, circular a 120 km/h incrementa el consumo por kilómetro recorrido en un 30%, en comparación con lo que se consume a 80 km/h. Sin entrar en otros detalles como por ejemplo los neumáticos.


Tramos con pendiente.

Las técnicas de conducción eficiente enunciadas hasta ahora hacen referencia a una conducción desarrollada en terreno llano.


Pendiente descendente.

Cuando en una vía con pendiente descendente se realiza un proceso de aceleración, el intervalo de revoluciones asignado para el cambio de marchas se adelantará en cierta medida, es decir, se cambiará de marcha a un número más bajo de revoluciones, al venir ayudado el proceso de aceleración por la pendiente que presenta la vía. El adelanto en el cambio dependerá de la pendiente. Se circulará nuevamente en la marcha más larga posible que se pueda seleccionar. En las pendientes pronunciadas, el uso del freno resulta de vital importancia para conseguir circular con seguridad.

El procedimiento será el siguiente:

- Sin reducir de marcha, levantar el pie del acelerador y deja bajar el coche rodando por su propia inercia.

- Si se mantiene la velocidad controlada, continuar en la marcha seleccionada.

- Si no se mantiene la velocidad controlada y se acelera en exceso el coche, realizar pequeñas correcciones puntuales con el freno.
- Si es necesario mantener el pie en el freno para mantener una velocidad adecuada se procederá como todos sabemos, reducir a una marcha inferior (recordad que ocurre cuando se calientan excesivamente los frenos pierden eficacia).

- En la nueva marcha inferior, volver a repetir todos los pasos anteriormente dados.

-Nunca se ha de bajar una pendiente en punto muerto:


Se incrementa el consumo de carburante, ya que el circular en ralentí supone un consumo de carburante, mientras que el freno motor no supone consumo alguno (recordar que para los turismos a ralentí el consumo está alrededor de 0,7 litros hora)

- Resulta extremadamente peligroso, ya que obliga a solicitar de los frenos un mayor esfuerzo, suponiendo además un mayor desgaste de los mismos.

Si no es una elevada pendiente descendente y es simplemente una vía con una ligera bajada, se circulará en la 5ª marcha sin problema. Se podrá en éste caso realizar los progresivos cambios de marchas a menores revoluciones de las indicadas en terreno llano cuando queramos incrementar el número de marcha (3ª, 4ª...)

Pendiente ascendente.

En las vías de pendiente ascendente se ha de circular en la marcha más alta posible con el pedal acelerador pisado hasta la posición que permita mantener la velocidad o aceleración deseada (incluso a plena carga, acelerador al fondo).

Las curvas.

Hay que poner en práctica la anticipación. Cuando se acerca el vehículo a una curva, se debe, antes de entrar en ella, adaptar la velocidad del automóvil a la adecuada para tomar la curva.

Esto se realizará de forma progresiva, siguiendo los mismos pasos que en cualquier deceleración:

- Levantar el pie del acelerador y dejar el coche rodar por su propia inercia.

- Efectuar las pequeñas correcciones necesarias para acomodar la velocidad con el freno de pie.

- Si fuera realmente necesario, reducir de marcha. Evitar si es posible el freno, para ello hay que valorar cuanto debo decrecer la velocidad para entrar en la curva y por consiguiente cuando debo de dejar de acelerar para volver a acelerar y mantener esa velocidad durante toda la curva. Una vez en la curva, se mantendrá la velocidad requerida para su trazado manteniendo estable el pedal del acelerador en la posición necesaria. Antes de afrontar las curvas es importante valorar bien y a tiempo aspectos como son:

- Las señales.

-El desarrollo de la curva (radio, visibilidad, etc.…).

- La anchura de la calzada.

- El estado del pavimento.


En cuanto al trazado de la curva, siempre se realizará por el centro del carril correspondiente, sin realizar acortamientos en el trazado.

Conducción en caravana.

La consigna a seguir será tratar de seguir rodando en la marcha más larga posible. Se debe evitar además el estar constantemente acelerando para volver a detenerse a continuación. Si se circula con fluidez
sin realizar continuas aceleraciones y frenadas, se ahorrará carburante. Además se les dará la oportunidad a los coches que vienen detrás de seguir rodando también, haciendo que la circulación sea más fluida (enormemente seguro para reducir los accidentes por alcance en estas situaciones al bajar notablemente la guardia). El proceso de deceleración, tal y como se ha definido anteriormente, vuelve aquí a jugar un papel de importancia al representar una forma de frenar segura, con aprovechamiento de la inercia y con consumo nulo de carburante.


Paradas realizadas durante la marcha.

¡Si se prevé que la parada supere los 60 segundos es recomendable apagar el motor! (¿Raro verdad? Muchos vehículos de hoy en día ya lo hacen ellos solos, por citar alguna marca BMW)

Cuando el coche está parado con el motor encendido, se encuentra funcionando al ralentí, con un consumo de 0,4 a 0,7 litros/hora. Estas cifras, aunque no sean altas, representan un consumo considerable si se computan de forma acumulada en todos los tiempos de parada realizados.
Es importante resaltar que la práctica frecuente de paradas intermedias no perjudica al motor de arranque. En los motores de arranque modernos no se produce el desgaste del motor de arranque que se registraba en los más antiguos y que obligaba a su prematuro cambio. Los motores de arranque modernos tienen una duración media de 200.000 arranques, es decir, que con una media de un arranque por kilómetro pueden recorrerse 200.000 kilómetros (las famosas pruebas de calidad).

Detención.

Por ejemplo llegar a la barrera una autopista de peaje, se hará de la siguiente forma:

- Anticipar la operación prestando atención a las señales de indicación.

- Levantar el pie del acelerador y dejar el coche rodar por su propia inercia.

- Efectuar las pequeñas correcciones necesarias para acomodar la velocidad con el freno de pie.

- Reducir de marchas si se precisa en última instancia: Si el régimen de revoluciones no está demasiado bajo, no se realizará la reducción de marchas, representa un consumo inútil de combustible que supone pasar por el punto muerto. (Recordad que hasta 50 Km/h o un poco menos podemos mantener la 5ª, en ese momento podemos saltar a 3ª velocidad para detenernos en 3ª o alrededor de los 20 Km/h pasar a 2ª velocidad y llegar hasta el lugar donde debemos pagar nuestros impuestos. Eso va a depender de la maquina y la relación del cambio que tengamos, más corta ó larga, ya sabéis que no todos tienen la misma 3ª ó 2ª siempre pueden existir pequeñas variaciones y a lo mejor uno nos permite llegar hasta los 20 Km/h en 3ª en terreno llano y otros les cuesta más y debemos de circular a esa velocidad en 2ª.

Otros datos de interés.
En tiempo de crisis, recordad:




Una adecuada conducción podría ahorrar del 10 al 25% de combustible
El transporte de cada 100 kilos de peso gasta un 6% más de combustible.
A 25 grados, el aire acondicionado aumenta el consumo de combustible un 12%. En ciudad, a bajas velocidades, abrir la ventanilla es más eficiente que usar el aire acondicionado. En carretera, a más velocidad ocurre lo contrario.
Comprobar con frecuencia la presión de los neumáticos. Si la presión de los neumáticos es un 25% inferior a la correcta, su resistencia aumenta en un 10% y el consumo de carburante en un 2%. Por poner un ejemplo, si la presión de las ruedas es inferior a la recomendada en 0,3 bares el consumo aumenta un 3%.
Circular con la luneta térmica activada incrementa el consumo un 3%.
Circular con las ventanillas bajadas a 100 Km/h incrementa el consumo del 5%. Si es con el techo practicable, a la misma velocidad el consumo se incrementara un 10%.
Circular con la carga en el techo a 120 Km/h puede incrementarse el consumo hasta el 39% y simplemente llevar la baca instalada el consumo aumenta el 7%.
El coche consume menos en las marchas largas y a bajas revoluciones. Por ejemplo, un coche de pequeña cilindrada (1,2 litros), circulando a una velocidad de 60 km/h:

  • En 3ª marcha, consume 7,1 litros de gasolina,

  • En 4ª, 6,3 litros (un 11% menos),

  • En 5ª, sólo 6 litros (un 15% menos).

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